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Compañía Nacional de Danza fusiona cultura e identidad salvadoreñas en pieza “Dolorosa”

La pieza, que es parte de la primera temporada de la compañía, se presentó el 3 de mayo en el Teatro de Santa Ana.

La Compañía Nacional de Danza (CND) presentó su primera temporada de danza con la pieza titulada “Dolorosa” en el marco del Día Internacional de la Danza. La obra, dirigida por Luz Arcas con la asistencia coreográfica de Paula Montoya, ambas españolas, cuenta con la participación de un total de doce bailarines: nueve salvadoreños, dos nicaragüenses y una panameña.

Eduardo Rogel, director de la CND, explicó que Arcas montó la obra a partir de una serie de investigaciones y acercamientos con el elenco para conocer sus vivencias, testimonios y experiencias sobre el significado de la identidad salvadoreña. Nelly Alvarado, encargada de comunicaciones del Ministerio de Cultura (Mincultura), aseguró que el proceso de preparación tomó un mes de intercambio de ideas entre la directora y los bailarines: “Ellos han contado desde su perspectiva cómo ven a nuestro país”.

Representaciones, identidades y percepciones

Alvarado comentó que la pieza engloba “la mayor parte de la riqueza cultural de nuestro país” a partir de la inclusión de ritmos musicales y expresiones salvadoreñas. “Es una coreografía que ha nacido a partir de experiencias e historias de nuestra realidad aquí en el país”, expresó Roberto Urrutia, bailarín de la CND. Leslie Hernández, bailarina de la compañía, agregó que también se incluyen rasgos propios de las costumbres salvadoreñas, como los mitos y leyendas.

Según Urrutia la preparación fue complicada debido a la extensión de la obra y al corto plazo en que se montó. Afirmó que las partes de la pieza entrelazan aspectos de violencia, inseguridad, folclore, raíces culturales, antepasados y conexiones religiosas. Hernández comentó que incluye también hechos de la actualidad del país, puesto que parte de los testimonios que se utilizaron para montar la obra son noticias relevantes.

Las personas que asistieron recibieron la pieza de distintas formas. Ana Aquino comentó que la obra estaba “bien lograda” y que “sí representa la identidad salvadoreña”. César Gómez aseguró que la pieza fue “cruel, rígida y triste” por la temática que, en su percepción, reflejaba “la crueldad social”. Gómez opinó que la representación de la identidad salvadoreña no se logró en su totalidad, puesto que “la cultura salvadoreña es una amalgama de culturas”, por lo que no es posible encasillar un fenómeno como tal en una sola pieza.

Para Luis Aguilar, otro de los asistentes, la obra generó disonancia entre el público. “No sé si la autora de la obra quería dar a entender que se desarrolla en el contexto de la guerra o no”, dijo. Sobre la representación de la identidad salvadoreña, Aguilar opinó que no se captó la esencia de “país tercermundista”. A pesar de ello, agregó que las costumbres y el folclore salvadoreño sí se representaron de forma correcta a lo largo del desarrollo de la pieza.

Las expectativas de la compañía

Los miembros de la Compañía dijeron que tienen expectativas para el desarrollo de la danza en el país con el cambio de gobierno que se avecina. Alvarado aseguró que la agrupación busca estabilidad laboral para los bailarines contratados por el ministerio. “Esperamos que con este cambio de gobierno se audicione cada dos años”, comentó, puesto que actualmente las audiciones para ser bailarín de la compañía se realizan cada año. Apoyo económico y difusión de próximos espectáculos son otros aspectos que también consideran entre sus expectativas a futuro.
Los bailarines también buscan apoyo en materia de presupuestos para el montaje de próximas obras y para las artes en general. “Que podamos presentarnos más, que se puedan montar talleres”, dijo Urrutia. Al respecto, Hernández agregó que la compañía busca mayor apoyo institucional para la danza. Además, buscan difusión masiva y educación en materia artística. “Necesito que nuestro país sepa más de arte”, indicó.

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