Entre sonidos, colores y psicodelia Voltar presentó su disco “Ver el mundo arder”, una placa que narra su peculiar filosofía musical, así como una ácida crítica hacia el odio y rabia que poco a poco consumen a la sociedad.
El escenario estaba dispuesto. Frente a la tarima había casi 250 personas esperando, todos querían escuchar lo que tenía que decir Voltar entre notas y acordes, para así compartir en comunión musical su peculiar forma de ver a este mundo arder.
Voltar estaba satisfecho con su nuevo álbum “Ven el mundo arder” (2017), placa con la que matienen su recorrido por el post-rock y que agregaba un nuevo escalón en su recorrido por la escena salvadoreña después de “Black Mamba” publicado en 2013.
Sabían que la espera había sido larga y el que el producto tenía la calidad deseada, esto los motivó a buscar un espectáculo que estuviera a la altura de sus sueños.
El 2 de septiembre de 2017, bajo el techo de Scenarium, Víctor Interiano, Gérson Chávez, Diego Escobar, Héctor Guzmán y Daniel Audía pudieron mostrar lo que venía madurando desde 2013, una nueva producción que fue creciendo y sonando en los lugares que menos sospecharon o imaginaron.
Ya alejados de la adrenalina de esa fiesta, Víctor, Daniel y Luis Cuervo, encargado del arte de la producción y de la producción del concierto de presentación, se reunieron con Escultural para contar un poco de lo que les dejó ese encuentro con su público y del significado que tiene este disco en la historia de la banda.
El lanzamiento del disco tuvo sus pequeños tropiezos, a veces pensaron hacerlo en otro lugar, pero la idea era mostrar el fulgor de su música, y no había mejor espacio que Scenarium en el Centro Comercial Multiplaza. “La idea de hacer un gran lanzamiento fue intencional, queríamos hacer algo como lo que se ve en otras partes, como deberían de ser todos los shows en el país”, comenta Interiano. El guitarrista explica que no había mucho tiempo para dudar, el lugar tenía una alta demanda y había que escoger un fecha y luchar por tener un evento que luciera la producción. “La gente se lo merece, esa es la razón de pagar una entrada”, recalca.
