Una de las funciones del periodismo es reportar o conocer periódicamente de los sucesos que acontecen en la realidad y que nos afectan de una u otra forma. La realidad se compone de diversas aristas, por ello el periodismo especializado se caracteriza por abordar de forma específica estas variantes: el tratamiento de la economía no debiera ser el mismo del judicial, y así sucesivamente; la cultura no es ajena a ello y requiere de abordajes particulares a fin de comunicarse.
Reflexionando sobre lo ilustrado por la periodista cultural Daysi Novoa (2014), en un taller sobre periodismo cultural, es necesario considerar siempre en este ámbito:
- Partir de los elementos que comprende el concepto de cultura a nivel de periodismo: la sólida (de carácter especializada, creadora de tendencias, de contenido usualmente local, con redactores asignados y de carácter permanente), la del entretenimiento (farándula) y la de relleno (contenido novedoso o de farándula, generalmente frío y de carácter prescindible). Ello da luces sobre el tipo de abordaje y tratamiento que necesita el hecho; además bajo esa luz es posible categorizar el tipo de periodismo cultural imperante en una región.
- La importancia de conocer el ambiente, el entorno: no es lo mismo cubrir temas culturales en El Salvador que hacerlo en México, cada realidad es diferente. Sin embargo es necesario identificar la panorámica global actual. Por ser un campo tan amplio, no debe ser motivo de turbación para el periodista el admitir desconocimiento, sino más bien una motivación para motivar su aprendizaje.
- Partiendo de la definición de cultura como “cultura amini”, la cultivación del alma, el periodismo cultural vendría a ser la cobertura y difusión de las manifestaciones del logro intelectual humano. Las definiciones técnicas por excelencia del campo (Iván Tubau -1982- y Jorge Rivera -1995) coinciden en el abordaje amplio del término, no lo referido por norma única y exclusivamente a manifestaciones artísticas.
- Los elementos y prácticas del periodismo cultural no son ajenos a los del periodismo en general: la búsqueda de la verdad, la disciplina de la verificación, objetividad e independencia, imparcialidad. De igual forma los periodistas deben cumplir con plazos de entrega y cubrir espacios, que en la mayoría de casos son pre-definidos, breves y sujetos a eliminación por la parte editorial si en dado caso debe priorizarse otra cobertura de otro tipo (cuando no se trate de medios especializados en cultura)
- La cobertura de la cultura no es exenta de los diversos tratamientos periodísticos generales, como el caso a nivel informativo, de opinión o de carácter mixto.
- Es tema crítico la identificación de audiencias: quién es el consumidor final de lo que se escribe (nivel de educación, género, sexo, etc.)
- Siempre hay insumos informativos para la creación de contenido cultural, ya sea para periodistas ya establecidos en el ramo (labor mucho más sencilla), como para los que se inician en esta faena. Lo importante llega a ser la conformación de una red de contactos, la definición de entidades públicas, privadas o educativas que usualmente generan actividad cultural, noticias culturales de carácter general, entre otras.
A partir de ello ¿Qué pasa en El Salvador? ¿Cuáles son los espacios periodísticos y de qué forma se aborda la cultura en ellos? En los periódicos impresos de mayor circulación nacional (El diario de hoy y La prensa gráfica) prima el abordaje cultural desde la perspectiva del entretenimiento y el relleno, siendo escasas las ocasiones de abordaje sólido (por ejemplo en la revista Séptimo sentido de LPG).
En este universo destaca un espacio impreso con una grandísima trayectoria cronológica en cobertura cultural es el Suplemento cultural 3000 del Diario Colatino. Este suplemento cumplió 28 años de publicación en 2018 y es de carácter sabatino; oferta contenido de tipo informativo, de opinión y de carácter mixto, contando además con difusión en web.
Y en la web es donde la cultura está encontrando su mayor difusión: espacios periodísticos como El faro, Factum, EsCultural y Disruptiva, contando con elementos sólidos, de entretenimiento y de relleno. Lo digital ha provisto de recursos multimedia a la comunicación de lo cultural: su “transmisión” se ha vuelto aderezada por fotos, videos o podcast. Lo digital además elimina la barrera del espacio destinado a lo cultural en lo impreso: al no tener limitaciones de cantidad de palabras o contenido, puede ahondarse en este tipo de coberturas a profundidad, a diferencia de los periódicos impresos.
En televisión, sobre todo en sus revistas matutinas, se realiza en su mayoría un abordaje cultural desde el entretenimiento y relleno. En las franjas noticiosas usualmente es poca la cobertura cultural y suele ser de carácter informativo. Mención especial merece la nueva franja de Tatuka, transmitida de lunes a viernes a las 5 de la tarde en canal 10 Televisión de El Salvador, y a las 10 de la mañana en canal 8; si bien ha sido promocionada como una franja educativa, en sus contenidos el tratamiento de lo cultural es una constante.
La radio merece punto especial de atención: un espacio emblemático es La bohemia en YSUCA; se caracteriza por la realización de entrevistas a profundidad, con invitados especiales para tales fines.
Por otra parte, existen bloggeros que por el carácter de sus sitios ejercen periodismo cultural, más de opinión que de carácter mixto o informativo.
¿Por qué necesitamos comunicar cultura? Somos cultura. Partimos del saber para hacer, para tomar decisiones o emitir juicios y criterios. Sabernos productores y consumidores de cultura desde una perspectiva sólida, nos permite construir mejores criterios y juicios sobre el quehacer cultural local, del que ya sea por activa o por pasiva, todos formamos parte.
Notable escrito. Ciertamente hace falta mucho por ser personas más activas en el país en el ámbito cultural. La actual agenda educativa no debe dedicarse nimiamente a cultivar el teatro y las artes plásticas, sino también guiar a los estudiantes que asuman que el concepto de cultura no suene a un estante maderoso a punto de romperse con libros viejos, estatuas o pinturas que nadie entiende y hasta música no tan fácil de analizar; la cultura es mucho más que eso. Claro, en una visión obtusa sobre qué es nuestro fuerte como país esas oportunidades de ampliar el lente – para ilustrar a las nuevas generaciones- se están perdiendo casi todos los días; al menos en educación escolar. Eso sí, las iniciativas como revista es cultural y el resto de citadas acá deben persistir y renovarse todos los días para encontrar siempre la manera más sencilla y eficaz de comunicar cultura. Sigan adelante. Mucho ánimo.
Activa! Bravo Meyer